Nací en Monterrey, Nuevo León. Hija y nieta de estilistas profesionales. La belleza había sido parte de toda mi vida y era normal embellecerse y lucir el rostro lleno de colores y luz y el cabello con peinados y tintes llamativos y elegantes. La realidad es que de inicio no parecía que me inclinaría a la belleza, más bien mi madre siempre deseó que fuera una artista famosa, ella soñaba con que mis habilidades en el canto fueran las que me llevaran al éxito, aunque no fue así exactamente.

Ese impulsó me hizo pensar que podía brillar toda mi vida, tener calificaciones excepcionales en la escuela desde que tengo memoria y la cantidad de actividades extracurriculares era algo que me mantenía totalmente ocupada aprendiendo constantemente. Siempre fui como se dice en méxico “la niña de los plumones” y al mismo tiempo solía ocasionar pequeños problemas por tener “Trastorno por Déficit de Atención”, que nunca fue diagnosticado hasta la universidad.

Así que toda mi vida me llené de actividades pensando que era normal, pero realmente era mi energía, mis ganas de nuevos estímulos y de aprender todos los días y mi objetivo (desde muy chica) de ir a la universidad. Pasaron los años y mi interés por lo estético se empezaba a dar, el aumento y pérdida de peso tenían mucho interés de mi parte y de ahí empezó la lectura de libros de nutrición y alimentación saludable, los libros eran mi más grande tesoro desde los 14 años, y aunque en ese entonces no lograba terminar todos (ahora soy adicta a terminar libros), los cambiaba dependiendo de mis intereses. Fue entonces que a mis 17 años después de un terrible accidente automovilístico estuve en un hospital por una semana y conocí a médicos espectaculares que ampliaron mis horizontes, gracias a ello, la medicina se convirtió en una opción de estudio, al final podría entonces hacer maestrías o diplomados de nutrición y también podría prescribir dietas o recomendaciones alimentarias.

En ese titubeo de decisión entre esas dos carreras, me incliné por medicina general y estudié medicina en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, posteriormente hice mi internado y servicio en los hospitales más reconocidos de latinoamérica en México. Al finalizar estudié Medicina Estética y Antienvejecimiento y fui premiada como el promedio más alto de 7 generaciones de Médicos estéticos. A mi edad de 28 años tengo una clínica en Polanco, Ciudad de México, en una de las ciudades más costosas de latinoamérica con un impacto en redes sociales importante y una comunidad de personas amantes de la belleza a través de los tratamientos estéticos. He sido premiada en múltiples ocasiones, he sido co-autora de libros con espectaculares mujeres y soy experta en morfopsicología aplicada, lo que ayuda a cambiar rostros con un fin psicológico positivo en especial.