Esta técnica, desarrollada en 2021, se basa en un descubrimiento que permitió identificar que la toxina puede utilizarse para afinar y perfilar la punta y las alas de la nariz. Esto es especialmente útil en casos en los que el ácido hialurónico por sí solo no produce los resultados deseados o cuando los pacientes no pueden someterse a cirugías permanentes.
Este tratamiento avanzado se diferencia de las técnicas básicas (que implican la aplicación de toxina en el depresor del tabique nasal y los elevadores del labio superior) porque aborda la nariz de manera integral. Trata los músculos nasales que comprimen o dilatan las fosas y alas nasales, los elevadores del ala nasal, la hipertrofia de los músculos elevadores del labio superior y las «bunny lines». Además, posee funciones seborreguladoras que ayudan a minimizar y afinar la nariz, reduciendo los poros y dando luminosidad a la piel.
RESULTADOS